Fiesta del Bicentenario Oblata!!!

Bicentenario del nacimiento del Fundador

Un año especial...
Sabemos que como país, los argentinos estamos celebrando el "bicentenario de la Patria".

Por nuestra parte, las Hnas Oblatas y todas la familia Oblata, estamos celebrando también el bicentenario del nacimiento de nuestro Fundador: El Padre José María Benito Serra.

Es un año jubilar, año de Gracia, donde el espíritu del Padre Serra nos animará en los nuevos desafíos que se nos presentan.

Por eso es que queremos compartir con vos algunos aspectos de su vida que también hoy pueden ser un modelo para nosotras y nosotros.

Ojalá te atrevas a acercarte a la vida tan interesante y apasionada de este hombre lleno de sueños y energía para concretarlos, con la plena confianza de que era " la causa de Dios".






PADRE SERRA
Tu oído atento, escuchó el llamado de Jesús a extender el Reino,
“Vayan por el mundo y anuncien la Buena Nueva a los pueblos.”

Tu corazón apasionado por la causa de Dios, sueña con tierras lejanas,
alimentaste día a día tu vocación misionera,
hasta que llegó el momento de partir hacia lo desconocido.


Pocas cosas cargaste en tu maleta, lo fundamental no ocupa espacio:
tu confianza en Dios y un gran amigo,
monjes benedictinos, embarcados mar adentro.


Tres meses navegando, y me pregunto:
¿Qué pensarías por las noches bajo el cielo estrellado, los días de tormenta o las tardes de sol?
Navegas mar adentro, hacia donde el amor te lleve, te hiciste de coraje, en la profundidad contemplativa, misionero incansable.


Y aquel grito sonoro: Tierra!, que se escuchó en el barco y en su tripulación.


Del vaivén de las aguas, pisar el suelo firme del nuevo continente, por el Reino de Dios.


Amanecer en Australia, recorriendo senderos, iluminando noches al calor de otros fuegos.

Las ramas de los árboles fueron techo y cobijo,
peregrino y mendigo de aquel pueblo andariego.
Tus ojos traspasaban la coraza salvaje, en medio de la tribu, también habita Dios.
Sedientos, con hambre, eternos caminantes, como el Espíritu que hasta aquí te envió.
Tu barba fue creciendo con los días sin tregua, en las noches sin luna, contemplando el fogón.


A fuerza de paciencia, escucha atenta, mirando el interior aprendiste la lengua de este pueblo nativo y pudiste brindarle el mensaje de amor.


Y llegaron las pruebas, bautismo de profetas,
mentiras y calumnias, no logran derribarte
pues te sostiene siempre la palabra de Dios.
Plegarias y evangelio, trabajo sin descanso, entrega en plenitud.


Y soplaron los vientos, fuertes y amenazantes y vos monje benedictino, Obispo y Misionero,
a modo de estandarte se eleva tu oración.


“La paz en mi sello, pero sobre todo en mi corazón”.
Pequeño de estatura, grande en misericordia,
luchador sin reservas con verdad y justicia, gigante en la misión.

Muy lejos de tu patria, familia y amistades, compartiste otro cielo, sonidos y sabores, raíces culturales anhelantes de este Dios Redentor.


Te veo misionando y me pregunto:
¿Era lo que soñabas allá en tu monasterio?
Luego de varios años, el Espíritu guía tus pasos de regreso
a tu querida España, hasta el San Juan de Dios.
La sala de mujeres, enfermas, doloridas,
solas, sin esperanzas, imploraban perdón.


Es demasiado dolorosa la realidad sin hacer algo por ellas,
y dijiste en voz alta:
“Si todas las puertas se les cierran, yo mismo les abriré una.”


Frase y firma de amor. Diste el paso en la Iglesia
Fundador entrañable a esta obra de redención.


Primera puerta abierta, de la mano de Antonia,
misericordia que brota a manos llenas,
encarnando la vida de la nueva familia,
Oblatas del Santísimo Redentor.

Y cuando florecía esta nueva misión, nuevamente las pruebas,
golpearon a tu puerta, calumnias y el destierro, al final de tu vida.
Desierto de las Palmas, albergó tu dolor.

Monje Benedictino, Obispo, Misionero, querido Fundador,
veo tus pasos lentos, el cuerpo ya cansado, despojado de todo,
y te pregunto: qué más podías dar?
Han pasado los años, tu semilla dió frutos, en cada rincón del mundo,
presente en la Congregación.
Nos miras desde el cielo, junto a la Madre Antonia,
caminas con nosotras, por todas las mujeres intercedes con Dios,
sigues abriendo puertas, desde la misericordia,
profeta que responde con vehemente corazón.

Olga Colipe OSR


Festejando!!!!

El domingo 7 de noviembre, la Comunidad de las Hnas. Oblatas de Argentina y Uruguay celebramos el Bicentenario del Nacimiento del Fundador de la Congregación, José María Benito Serra.

Nos sentimos felices de poder compartir esta alegría con los Laicos y Laicas con quienes compartimos la tarea de dignificación de las mujeres en situación de prostitución y los amigos y amigas que siempre nos acompañan.

A las 11hs se celebró la Misa de Acción de Gracias en la Parroquia Santísimo Redentor de Ramos Mejía, con el Templo colmado y flores y música, todo dispuesto para vivir una gran fiesta. Fue un momento de solemnidad y emoción, recordando también a tantas Hermanas que entregaron su vida en este lugar.
Luego, llegó el momento de el almuerzo donde reinó la alegría y la amistad. Y continuamos con un festival en el gimnasio del Colegio Santísimo Redentor, con la participación de alumnos, padres y abuelos.

Llegamos para celebrar desde Buenos Aires, Rosario, Montevideo y San Pablo, Brasil.

Celebrar la vida de Padre Serra es arraigarnos con más fuerza a las raíces congregacionales, para seguir siendo fieles a nuestra vocación y para que este Carisma y Espiritualidad se abra a todas las personas que quieran trabajar por un mundo más humano.


Cierre del Bicentenario. Un gran Acontecimiento para la Iglesia.

Hacemos Memoria...

Estamos en 1864.
En el Hospital de san Juan de Dios, descubre el drama que soportan las mujeres que ejercen la prostitución en aquel Madrid de mediados del siglo XIX.



¿Qué futuro digno les espera a la salida del hospital? Sencillamente: ninguno. Porque el que hay es insuficiente. Serra se conmueve y todo su ser queda afectado por esta situación. Situación que le provoca a convertirse en alternativa de humanidad y evangelio. Veamos como él se expresa: “después de haber asistido mucho tiempo a los enfermos de este hospital, he visto que entre las enfermas es grande el número de las que quieren dejar esa vida. He hablado con las directoras de esos establecimientos destinados a recogerlas, pero en vano. Se encuentran llenos, y las muchachas, no obstante sus buenas disposiciones, se ven obligadas a abandonarse otra vez por las calles por no haber quien las quiera admitir. Esto era demasiado doloroso para que yo pudiera presenciarlo sin determinarme a hacer algo a favor suyo”


Avezado y hábil para hallar recursos sobre todo cuando se trata de acompañar a personas en dificultad, conecta con instituciones, idea estrategias, recurre a influencias, apela a la reina, denuncia y anuncia como el profeta.



Comentarios

  1. por favor escriban sobre la visita de los alumnos rosarinos de argentina que visitaran la congregacion en mayo del 2010 para presentar una ob ra de teatro sobre la vida del padre serra

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